LA PYME EN EUROPA...
El objetivo de la política de empresa e industria es
garantizar que todas las empresas compitan y comercien en igualdad de condiciones, que Europa sea un lugar atractivo para
invertir y trabajar y que las industrias innovadoras y basadas en el conocimiento puedan crecer. Esto precisa un sólido tejido
industrial en toda la UE, por lo que –sin caer en el intervencionismo– las políticas toman en consideración las
necesidades y características específicas de sectores individuales, como la industria alimentaria, la industria de la moda
y el diseño y las industrias de TI y garantizar las condiciones necesarias para que industrias importantes desde el punto
de vista estratégico, como el sector aeroespacial, la defensa, la ingeniería mecánica, la índustria química, las ciencias
de la vida y la biotecnología puedan prosperar.
Se ha prestado una atención especial a la creación de
las condiciones que permitan a las industrias de la UE competir con el resto del mundo en igualdad de condiciones. Esto incluye
proteger la propiedad intelectual e industrial de la falsificación y la piratería. Significa velar por que no haya sobrecarga
de legislación ni costes excesivos para la industria, al tiempo que se introducen normas estrictas en materia de energía y
medio ambiente y en el ámbito social. La simplificación de la legislación comunitaria existente, a menudo redactada de forma
fragmentaria a lo largo de varias décadas, es otra prioridad. Otro elemento de la ecuación es la desregulación: un acceso
adecuado y no discriminatorio al mejor precio posible a los principales servicios de apoyo a las empresas, como las comunicaciones,
el transporte y los servicios públicos.
La tecnología y la innovación son factores clave de
la creación de un entorno favorable a la iniciativa industrial. La UE financia numerosas iniciativas de investigación, apoya
el espíritu empresarial, fomenta las cooperaciones público-privadas para aprovechar al máximo el potencial de los sectores
público y privado y organiza plataformas tecnológicas. Asimismo, tiene previsto crear un Instituto Tecnológico Europeo.
La UE no afronta estos retos de manera proteccionista
o introspectiva. Su premisa fundamental es que la protección de la industria contra el cambio no haría sino posponer lo inevitable,
que a largo plazo resultaría más costoso y doloroso. La UE intenta anticipar el cambio estructural, crear un clima en el que
se fomente la innovación para hacer frente al desafío y, en caso de que sea preciso introducir cambios, amortiguar el impacto
en la medida de lo posible, tanto para el empleador como para el trabajador.
La política empresarial enfatiza la necesidad de integrar
políticas tan diferentes como el comercio, la investigación, el mercado interior, el empleo y la formación, la sociedad de
la información, el desarrollo regional y la fiscalidad, sin menospreciar el medio ambiente, de manera que fomenten el uso
del conocimiento y la innovación en la industria de la UE en su conjunto. Los objetivos prioritarios son eliminar los obstáculos
a la competencia, evitar que surjan nuevos obstáculos en los Estados miembros y limitar y mejorar la reglamentación con objeto
de favorecer la creación de empleo y el crecimiento.
A veces, si los requisitos obligatorios de los productos
son esenciales para la protección de la salud pública, del consumidor o del medio ambiente, los obstáculos al comercio intracomunitario
se eliminan mediante normas comunes aplicables a los productos. En otros casos, los productores pueden decidir libremente
qué tecnología utilizan, a condición de que el resultado final sea un producto seguro. El marcado «CE» en los productos garantiza
a las autoridades y a los consumidores que éstos se ajustan a la normativa adecuada, tanto si se han elaborado en la UE como
si se han importado.
Sólo en casos excepcionales, p. ej. en el caso de los
medicamentos, se necesita una aprobación previa a la comercialización de un producto. La obtención de las autorizaciones necesarias
para vender un producto en más de un país es más sencilla si se solicitan a través de la Agencia Europea de Medicamentos de
Londres.
Algunas sustancias químicas también están sujetas a
normas estrictas. Estas normas están siendo armonizadas para lograr un mejor equilibrio entre la necesidad de competitividad
de la empresa y el requisito de que los productos no pongan en peligro la salud o el medio ambiente. Se pretende registrar
todas las sustancias químicas en una sola base de datos y mejorar la evaluación del riesgo mediante un sistema denominado
REACH (registro, evaluación y autorización de productos químicos), gestionado por la Agencia Europea de Sustancias y Preparados
Químicos de Helsinki.
Los veintitrés millones de pequeñas y medianas empresas
(PYME) de la Unión Europea forman la espina dorsal del sector empresarial de la UE: con setenta y cinco millones de puestos
de trabajo, representan el 99 % de todas las empresas. La UE tiene programas específicos, basados en su principio «think small
first» (pensar primero a pequeña escala), que facilitan la participación de las PYME en los proyectos de investigación e innovación
que financia. Además, las normas para obtener ayuda estatal y otras formas de financiación son menos estrictas para las PYME
que para las empresas más grandes.

El turismo es el principal sector económico y Europa es la región más visitada.
Las prioridades políticas son promover el espíritu empresarial
y las cualificaciones, mejorar el acceso de las PYME a los mercados (incluida la contratación en el sector público), reducir
los trámites administrativos, mejorar el potencial de crecimiento de las PYME (aumentando su capacidad para investigar e innovar),
reforzar el diálogo y los procedimientos de consulta y mantener en mente las necesidades de las PYME al formular cualquier
política.
La red de centros de enlace de la innovación, financiada
en parte por la Comisión, abarca treinta y dos países europeos y Chile y ayuda a las PYME a encontrar socios para llevar a
cabo proyectos de investigación e innovación. Los centros europeos de información empresarial (Euro Info Centros), presentes
en cuarenta y cinco países, incluidos los Estados Unidos, proporcionan información sobre políticas y oportunidades destinadas
a las PYME.
Mediante el plan de acción en favor del espíritu empresarial,
la Comisión pretende:
- fomentar una actitud más emprendedora,
- fomentar que en las escuelas se enseñen los valores
del espíritu empresarial,
- promover las mejoras en materia de seguridad social
de las PYME,
- animar a que más personas creen empresas,
- proporcionar apoyo a medida a las mujeres y las minorías
étnicas,
- ayudar a las PYME a que crezcan y sean más competitivas,
mejorando el flujo de financiación y creando un entorno más favorable a las PYME.
La Comisión colabora estrechamente con el Banco Europeo
de Inversiones para fomentar el crecimiento de las pequeñas empresas, especialmente en los países que ingresaron en la UE
en 2004.
El crecimiento sostenible es un factor que siempre se
tiene en cuenta. Por ejemplo, Europa es la zona turística más visitada del mundo. Por ello, es necesaria una política que
no obstaculice el desarrollo de una importante industria de servicios o que no impida a las personas elegir sus vacaciones,
pero que proteja los recursos naturales y el medio ambiente, de tal forma que el desarrollo de destinos turísticos no destruya
el propio legado en que se sustenta esta industria.
El crecimiento sostenible no sólo incumbe a los responsables
políticos de la Unión Europea. Cada empresa tiene la obligación de aplicar políticas responsables desde el punto de vista
social y medioambiental y la Comisión Europea presta su apoyo a la Alianza europea para la responsabilidad social de las empresas.
FUENTE: WWW.EUROPA.UE.COM